La start-up SeQura, eligió un antigua fábrica de tejidos en un edificio modernista de Barcelona, para convertirlo en sus nuevas oficinas.
El objetivo era crear un espacio pensado por y para las personas, innovador y que invitase a la creatividad. Hacer una transformación completa del espacio en un edificio de tres plantas y techos de 5 metros de altura, era el objetivo que se buscaba desde un principio con la ayuda de los profesionales de Faro Barcelona.
Se trata de un proyecto en el que se ha transformado un antiguo almacén textil en el centro de Barcelona, en unas modernas oficinas de estilo industrial y modernista de 2500 m2 y divididas en tres plantas diferentes, antiguamente distribuidas entre el sótano, un entresuelo y la planta principal.
El proyecto empezó con unas premisas claras y marcadas por algunos de los valores de SeQura: respeto por la historia del lugar que se iba a reformar y colaboración ya que se diseñaron unas oficinas pensadas para sus trabajadores, los cuales participaron en el proceso de ideación. El espíritu de SeQura se respira por todo los espacios creados.
SeQura es una empresa joven e innovadora y sus oficinas no podían ser menos. En todo momento se ha huido de la oficina tradicional, buscando crear un espacio que además de satisfacer las necesidades del día a día de la oficina como el trabajo de concentración, de equipo o grandes reuniones, también dispusiera de zonas de descanso y ocio. El máximo objetivo era conseguir un espacio funcional y cómodo donde las personas se sintieran a gusto trabajando, con el confort lumínico necesario y que favoreciera el trabajo en equipo.
En este proyecto se buscaba conseguir una iluminación eficaz para cada espacio de la oficina, crear ambientes con la luz sin necesidad de contar con paredes y complementar la decoración interior con lámparas que por sí solas ya fuesen escultóricas y capaces de vestir el espacio.